Figuras del CCK: Un día con Svetlana Smolina

Nos encontrábamos aguardando en el camarín, repasando las preguntas de la entrevista, cuando ingresó la pianista Svetlana Smolina a la sala con vista a una de las intersecciones más transitadas de Buenos Aires. Con una cálida sonrisa, tomó asiento y empezamos a hablar de sus inicios como pianista:

“Ganar mi primera competencia internacional en Italia fue la señal ineludible de que esto era lo que quería hacer por el resto de mi vida. Me di cuenta que el piano formaba parte de mi y que no podría respirar sin él inclusive” dijo entre risas.

En su carrera ha tenido el placer de estar en los más grandes escenarios y eventos prestigiosos, entre los cuales se puede mencionar el Carnegie Hall, el imponente Mariinsky Theater y el Festival de Salzburgo, pero al momento de hablar de sus momentos más gloriosos realiza una breve pausa y recuerda con regocijo:

“Varios años atrás estuve en el Teatro Colón, junto al cuarteto de Buenos Aires. Las sensaciones que viví al estar en ese escenario jamás me las olvidaré. Al tener tantos iconos argentinos, como Barenboim y Argerich, hace que el publico argentino sea uno muy culto que sabe distinguir lo que es realmente bueno. Estoy realmente emocionada de poder tocar el piano que Martha Argerich utilizó, cuando se presentó en el CCK. Los dos pianos que tienen aquí suenan increíble y ambos han pasado por grandiosos artistas. ¡Desearía poder utilizar ambos!” dijo con gran sonrisa.

Efectivamente, esta pianista se encuentra emocionada por estar aquí y reencontrarse con el público argentino. Su repertorio, conformado desde piezas altamente conocidas como “Fantasia a la orilla del bello Danubio Azul” de Johann Strauss hasta piezas del compositor Alexander Scriabin, se compone de altas demostraciones del movimiento romántico de la música como también acompañado de una fuerte reminiscencia a su patria originaria.

«Scrabin es realmente significante, a pesar de que no es frecuentemente interpretado hoy en día. Su música fue clave para el movimiento del Simbolismo ruso y creo que emana energía cósmica, señales místicas y sentimientos humanos en su más pura e intensa forma. Es curioso como él era prácticamente compañero de clase de Rachmaninoff y sin embargo sus formas y lenguajes musicales son totalmente opuestos. Es por eso que también incluí a este último en el programa, para que el público pueda ver cuán diferente son estos dos grandiosos compositores que contrastan entre sí. Los colores y el diseño de la Sala Sinfónica combinan directamente lo que Scrabin quería transmitir. El veía colores en la música, siendo esta habilidad parte de la sinestesia, y este Hall en particular me da la sensación de que puede transmitir perfectamente esta especie de color y permufe que quería intencionar con su música.«

Hace una pausa y continua: 

«Por otro lado. la pieza que elegí de Balákirev es un excelente cierre para el concierto. El representa parte de la historia de los orígenes de la música de piano en Rusia, siendo parte del grupo de «Los Cinco», cosa que no hay que olvidar. Esta pieza es parte de sus grandes éxitos, siendo una que es realmente energética y que sorprendentemente fue escrita en poco tiempo. 

Traer esta parte de la cultura rusa, representada por estos icónicos compositores, forma un puente entre ambos continentes. En espíritu, estas piezas realmente van a tocar en lo profundo de los corazones, dada esta intensidad que las caracteriza»

Al observar la hora, decidimos acortar la entrevista. Es el día del concierto y aunque ella estaba más que complacida de seguir conversando, entendemos que los ensayos preliminares son esenciales al momento de brindar un recital de piano.

Concierto: Sala Sinfónica del Centro Cultural Nestor Kirchner.

Con gran puntualidad, la señorita Smolina ingresa al escenario, luciendo un sutil pero elegante vestido rojo que hace resaltar su bello cabello rubio. No habían transcurrido ni diez minutos, de comenzado el recital, que ya tenía al público en sus manos con su virtuosismo y gracia interpretando las obras de Chopin que eligió como apertura del mismo.

Es grandioso notar como el público, sea o no asiduo a presentaciones de música clásica, sucumbe a las hermosas melodías que son interpretadas con enorme profesionalismo. Obras realmente clásicas que a más de uno reconfortó conocer de algún lado (como por ejemplo al interpretar escenas de El Cascanueces de Tchaikovsky), como también experimentar electrificantes sensaciones al escuchar el cierre del concierto, cuya pieza fue la Fantasía de Mily Balákirev (Islamey: Fantasía Oriental), repleta de pasión y técnica impecable de la mano de la pianista. 

 A la salida, logramos indagar las diversas opiniones que algunos asistentes amablemente nos brindaron. Todos concordaban que les resultaba realmente exquisito ver como una pianista puede interpretar con tanta gracia y sutileza, piezas que transmiten una paleta de desconmensuradas melodías, repletas de color y sentimientos que convergen en una misma interpretación, al alcance de cualquiera que desee aventurarse. 

Svetlana Smolina esta muy contenta luego de su recital. Planea visitar un poco de Buenos Aires y ya esta planeando su proxima visita (¿Tal vez un Teatro Colón? Habrá que esperar). Pero de lo que si podemos afirmar, con gran gusto, es que ha brindado un concierto que forma parte de los Highlights de este 2017, y sobre todo para esta temporada del CCK. Tanto ella como nosotros agradecemos a Judy Weisz y al resto del Staff del CCK y a las siguientes personas que han logrado que se pudiera concretar este show: Alberto Menacho de TQ Produccionesy Damian Rovner y Horacio Ceballos de Arte Producciones. Es gracias a esta gente y a la continua apuesta e inversión en cultura que se realiza desde la institución del Centro Cultural que se pueden lograr noches mágicas como la acontecida el día martes. 

En los próximos días estaremos subiendo la entrevista completa con la pianista para su deleite, en donde tendrán un acercamiento